¿Rosa o azul?
- Andrea García
- 18 dic 2016
- 2 Min. de lectura

Los juguetes abarrotan las estanterías de las tiendas. Foto: Revista Vacio
Los catálogos de juguetes ya han llegado a los buzones. Se acerca la Navidad y los niños ya empiezan a rellenar las cartas para el Olentzero o los Reyes Magos. Una decisión difícil para los niños, pero también para los padres. El bombardeo publicitario resulta agobiante para ambos.
Aun así, el mundo de los juguetes y su publicidad cada vez están más divididos por sexos. Al ver la cesta de juguetes de una casa es fácil saber si ahí viven niños o niñas. Esto no solo ocurre en los hogares, sino que en las grandes jugueterías los pasillos se delimitan por dos colores. La zona azul para niños y la rosa para niñas.
Juguetes sexistas que enseñan a las niñas cómo maquillarse y a los niños a cómo triunfar. El machismo es latente. Casi todo ha cambiado por completo: los folletos de las jugueterías, los anuncios y los escaparates son cada vez más sexistas. Se piensa que está mal que un niño pida una muñeca o que una niña pida un camión. Parece que está establecido que el sexo femenino va ligado a la juguetería de tareas del hogar y cuidado de los bebés mientras que el sexo masculino está ligado a los talleres de herramientas y los coches teledirigidos.
Los fabricantes de juguetes conocen esta segmentación y se encargan de hacer el mismo juguete en dos versiones, o mejor dicho en dos colores. Esto les beneficia porque venderán el doble que si el juguete fuese unisex. Aunque sigue existiendo esa parte unisex de los juegos de cocina o de mesa, que ya no causan el furor que causaban antes. Además, los juegos de mesa cada vez están más orientados hacia un sexo determinado.
En las décadas de los años 80 y 90, o incluso antes, las niñas al igual que los niños jugaban a las canicas, al balón o a las chapas. No había prácticamente discriminación, se trataba de fomentar el juego sin exclusiones de género. Que los juguetes estén divididos por sexos es, en parte, responsabilidad de los padres. Los niños tratan de imitar lo que ven en casa. Aunque últimamente los padres junto con algunas asociaciones tratan de promover la idea de regalar igualdad mediante campañas como la de #regalaigualdad. Los juguetes deberían ser para que los niños estén entretenidos y para que aprendan, no para que haya diferenciaciones sexuales. Esto lejos de ayudar al desarrollo de los pequeños, lo dificulta.
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